Somos parte del todo, de la creación y es por eso que nuestro cuerpo y nuestra Alma necesitan estar en contacto con los 4 elementos de la naturaleza: aire, agua, fuego y tierra. Este contacto nos equilibra, nos armoniza. Seguramente has oído la frase «abraza un árbol», no es una locura, cada elemento nos da un regalo maravilloso.
La vida en la ciudad nos limita este contacto, y cuando menos nos damos cuenta nos sentimos mal, tristes o bajos de energía. Te invito a conocer un poco acerca de lo que cada elemento nos aporta y a conectarte con ellos para tu mayor bienestar.
El aire
Es indispensable para vivir, al nacer damos un primer respiro que nos conecta a la vida fuera del útero. Al morir exhalamos la última inhalación y soltamos el cuerpo físico. El aire representa la fluidez, la liviandad, libertad, cambio, desapego, perspectiva. El aire sopla libre, la fuerza del aire puede crear y destruir. Es necesario reconocer este elemento dentro de nosotros saber crear y transformar a través de él. El contacto con el viento y sus manifestaciones nos ayudan cuando estamos bloqueados o atorados en alguna situación.
El Fuego
El fuego es purificador. Destruye y limpia emociones negativas. Purifica la mente y ayuda a crear nuevas ideas.
El fuego simboliza el calor, la energía, la pasión, la videncia. Observar las llamas en una fogata clarifica nuestra mente, promueve la fuerza y creatividad mientras que el calor limpia toda la energía negativa en nuestra aura. Tomar el sol fortalece nuestro sistema inmunológico, es tan sencillo como salir unos minutos a gozar de su presencia y recibirlo en nuestro cuerpo con amor.
El Agua
Representa la fuente de Vida.
El elemento Agua se relaciona con aquello que es voluble, conductor y adaptable.
El agua en un rio fluye, de no hacerlo, el agua se estanca y se pudre. De esta manera nosotros debemos fluir con las experiencias y no detenernos en un evento generando literal podrirnos por dentro. La lluvia limpia, da vida, el mar nunca es estático.
La resiliencia o capacidad de adaptarnos genera crecimiento interior y paz interna.
La Tierra
La tierra nos da firmeza, tenacidad. Anclarnos nos ayuda a concretar proyectos y conectar con el mundo terrenal. Aterrizar nuestras ideas. Caminar sobre a tierra o pasto nos ayuda a sanar el cuerpo. Existe la técnica de Grounding que sirve para reorientar a una persona en la realidad y ayudarla a permanecer en el presente. Es decir, te permitirá controlar el estado de ánimo y reconectar con el mundo.